Corto paseo

En tardes soleadas sospecho que no existo, más que en el viento, todo indica que me crezco a solas, junto al mudo recuerdo de lo que nunca he sabido ser, ni quiero interpretar. Mientras las gotas compiten por enlazarse en tu rostro, me circunda la duda del esquivo destino, si vale o no seguir en pie, si cada nube es la premisa de lo que fui y nadie vio.

No nos tomemos a mal, tu no me conoces ni yo a ti, no tenemos nada en común, bueno, quizá el coincidir, cantando bajito lo que no nos atrevemos a soltar. Aquello que te hiela y que me arde, al sustancia de nuestros deseos venida a menos, tal vez, a ti en multitud y a mi rondándome en sueños, pero minándonos el encuentro de lo inmaterial, cuando podemos y donde esperamos caer.

Allí, me declare carta bajo la manga, jamás descubierta!! En nuestro estado poco es mucho y mucho es peor todavía, así se reina aquí, flotando para no marcar caminos y mordiendo las paredes que todavía exudan hiel.

No pretendo seguir en planes hasta no verme llegar, arrastrado por la innecesaria creencia de que, imposibilitado por tu olvido, nada pero nada tendrá sentido, pues en lo tocante a existencias, si no llegas vivo, pero si ni me lees, no empezare a existir.